martes, 16 de noviembre de 2010

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Después de muchísimo tiempo nos hemos por fin decidido a continuar con Encuentro al anochecer. Perdonarnos por no haber publicado antes. Esperamos que las publicaciones de aquí en adelante sean un tanto seguidas, y si nos retrasamos pediros perdón y que tengáis un poco de paciencia aunque seáis pocos los que nos visitáis.
Disfrutar del nuevo capitulo.











(Almoguera)

Veía algo raro a Dani.
Habíamos estado toda la tarde en el gimnasio, y no se había dignado a mirar ni una sola vez a ni una sola chica.
Esa fue la primera señal de alarma.

Mi amigo levantaba pesas con la mirada perdida en el suelo, al cual yo no le encontraba nada interesante. Suspiraba una y otra vez y no me había preguntado nada acerca de la rubia de la discoteca. Ya empezaba a preocuparme.

-Dani, ¿estas bien colega? - le pregunté un tanto preocupado.

Él me miro con desgana y desanimo.

-No, ¿Qué me iba a pasar Almo? - me intentó sonreír.

Deje a un lado mis pesas, y me senté en el suelo, a su lado.

-Venga ya, llevas desde que hemos llegado has estado deprimido y no me digas que no. No has mirado a ni una sola piva, tio. Te pido que me digas que te pasa. O mejor, dímelo cuando estés preparado. Tampoco te quiero agobiar.- le dije intentando mostrarme calmado y sereno, a ver si así se calmaba él.

Me miró un poco resignado.

-Déjame un minuto.

Lo deje respirar.

-Vale. Vamos a ver. Eres mi amigo Almo, que sepas que probablemente con esto pierdas el respeto que tienes por mi...

-¿Qué pierda el poco respeto que me quedaba?

-...Gracias amigo mio.- me dijo riendo. - Ayer, cuando tu estabas con la rubia, me fui a hablar con tu hermana y Alex. Bueno, pues me lleve a Alex a la cafetería de mi tío. Comimos nachos, hablamos...

Asentí para que siguiera con el relato.

-En la calle, nos quedamos un momento callados, aproveche, me incliné hacía ella y...

-¿Y...?

-Y no hubo beso, me quito la cara.- me confesó mi amigo con cierta tristeza.

Me quede un momento pensando.
Nadie había rechazado nunca a Daniel. Nadie y nunca.
Daniel parecía más abatido que nunca. Espera... Conocía demasiado bien, tan bien, que si una chica le daba calabazas, rara vez, se iría a por otra... ¿Por qué con Alex no? No sería que...

-Dani, ¿A ti te gusta Alex?

Dani me miró muy sorprendido.

-¡¿Tú estas tonto?! ¿Cómo me va a gustar Alex? - me preguntó alarmado.

-No lo sé, yo solo pregunto.

Mi amigo, volvió a mover las pesas de arriba a abajo. Pensativo.

¿A Dani le gustaba Alex? ¿O solo eran imaginaciones mias?

Me levanté del suelo, le palmeé el hombro a mi amigo y recuperé las pesas que había soltado antes. Estuvimos unos diez minutos callados hasta que Dani me pregunto:

-¿Crees que me gusta Alex?




jueves, 22 de abril de 2010

A ritmo de Tum Tum Pak, Sara y un control de Biologia.


Perdonarnos la tardanza!! =S hemos tenido mucho lio, aunque sabemos que no es excusa para no publicar. Cada una tenemos nuestro blog individual y nos hemos centrado en eso. Auqneu tengamos poquillos admiradores, gracias por leernos =) merece la pena escribir sabiendo que van a leet tu trabajo =)










Estuve toda la tarde dando vueltas en la cama, aburrido. Había contado varias veces las manchas del techo. Seis manchas. Había pensado varias veces en ponerme a jugar a la play pero… me había pasado todos los juegos con Almoguera. ¿Futbol? Sin el equipo no tenía gracia. Y si… Pensé por un momento en llamar a Alex pero ¡Yo no tenía su número!

Me levanté de la cama como un resorte ¡Qué gran idea! Corrí escaleras a bajo al salón. ¡Buscaría en la guía su número!

Rebusqué y revolví el salón. Mis padres se habían ido aquella tarde a comprarle un gorro de natación a mi hermano y no estaban en casa, por tanto no le podía preguntar a mi madre donde estaba. ¿Dónde podía estar?

-¿¡Dónde esta la maldita…?!- entonces me di cuenta donde estaba.

El sofá llevaba unos días cojo, y mi padre había cogido la guía para utilizarla de pata auxiliar de este.

Levanté el sofá con mi fuerza (gran fuerza) y la cogí.

Alex… Alex… Alejandra… Guerra… Guerrero… ¡Alejandra Guerrero! - pensé.

Solo tenía que buscar a todos los Guerrero.

Me senté en el butacón de mi padre, y me puse el teléfono inalámbrico en las piernas.

Estuve cerca de media hora llamando a los diez Guerreros que había en la guía. Cinco no eran ella y otros cuatro no contestaron, me quedaba uno, tenía que ser el bueno.

-¿Sí? – me respondió una vocecita.

-Hola, ¿Esta Alejandra Guerrero?

-No, no esta. Aquí no vive.- y colgó.

Cogí un lápiz de la mesa del teléfono y tache los que no eran y los cuatro que quedaban los rodeé.

Eran las siete de la tarde. Dentro de una hora Almoguera iría a buscarme. Me levanté y fui a prepararme.

Ya preparado, esperé a que mi amigo llamara.

¡Din- Don!

Abrí la puerta.

-Vámonos.- dijo Almoguera.

-¿Ya?

-¡Ya! – dijo con una gran sonrisa.




Discoteca ‘The Music’, se llamaba. Las luces y el tum tum pak resonaban por los cuatro costados.

Almoguera y yo estuvimos echando un vistazo al ambiente. Él me había dijo de camino, que su hermana estaría ahí y claro esta, pensé en Alex.


De camino a la barra, Almoguera se quedó un poco frenado cuando vió a una rubia, sentada en un taburete charlando con la amiga fea, la típica chica que acompaña a la mona y no se come un rosca.

-Dos fantas, por favor.- dijo Almoguera.

-¿Te gusta la rubia Almo?- le pregunté riéndome.

-No te negare, que no es mona, no.- me dijo con una gran carcajada.

El camarero, llegó con nuestros fantas, a tiempo para que yo, en el segundo sorbo, me atrajera la atención un corro de chicos que se había formado en la otra punta de la discoteca. Al disiparse un poco, me di cuanta, que en el centro estaba la hermana de Almoguera y… ella.

Alex estaba ahí, bailando sin control, como un espíritu libre, como alguien que quiere liberarse de alguna atadura. Estaba realmente guapa. Llevaba unos vaqueros pitillos, y una camisa blanca con algo de canalillo, lo mínimo. Tenía el pelo liso, pero algún que otro rizo. Los labios los tenía rosas, del pintalabios.

-Almoguera ¡Mira!- le dije.

Almoguera, estaba pendiente a la rubia, cuando por indicación mía, miró donde estaba su hermana y Alex.

-¡Qué ligonas!- me dijo con una sonrisa, volviéndose a centrar en la rubia.

Miré a mi amigo.

-Pero ¿Tú las has visto? - le pregunté realmente sorprendido.

¿Y no se había fijado en ELLA?

-¿A quién?- no podía cerrar la boca del asombro.

¡Guau!

-¿A quién te refieres? ¿A mi hermana o a la amiga?-

-¿Tú eres tonto? ¿Cómo me voy a fijar en tu hermana, lerdo? - le pregunté divertido. -Es como liarle contigo pero en chica. ¡Qué asco!

-¿Insinúas que mi hermana es fea?-

-Insinúo, que si me fuera con tu hermana pensaría en ti.

-¡Ag! Qué asco por dios. Vale te refieres a la amiga.-

-Exacto.

-¡Qué de moscardones alrededor!

Alex y Lola, estaban totalmente rodeadas de chicos que bailaban a su alrededor.

-Oye creo que voy al baño, ahora vuelvo- dijo Almo.

Me quedé un rato en la barra. Almoguera era especialista en ir al cuarto de baño en los momentos más apropiados. Lo observé. Llegó a la puerta del baño y se volvió.

Se fue a hablar con la chica rubia.

Almoguera el Don Juan. Ya tenía excusa para reírme de él.

Después de encontrar la excusa perfecta para reírme de mi buen amigo, cogí las dos fantas que había pedido y me fui con Alex y Lola.

Empecé a dar codazos a los chicos que bailan alrededor.

También empecé a escuchar varios insultos a causa de mis codazos.

-¡Paso! La del pelo negro es mi hermana ¡Paso!

-Yo no soy tu hermana.
Que buen oído tenía Lola.

Conseguí llegar al centro del huracán,

-Eres mi hermana y desvarías. Que lastima hermanita.

-No soy tu hermana, todos saben que soy la hermana de Almoguera, así que no te pongas en ridículo delante de tanta gente- Lola se acercó un poco a mí- Y sobre todo delante de Alex

-Pero la gente se ha apartado. ¿Ese era el propósito no?- le dije sonriendo.

-Ni se te ocurra hacer lo que estas pensando, ¿me oyes?

-Desvarías y eres adivina. Te llevaré a Cuarto Milenio, quizás me dan algo por ti.

Cogí a un chaval que había por mi lado. Le susurré algo al oido y lo empujé contra Lola.

El chico algo colorado intententó entablar conversación con Lola.

Así estaría entretenida un rato.

-¡Hola!- le grité para que se enterara.
-Hola

Demasiado seca.

-¿¡Qué tal?!

-Bien, aquí bailando con... ¿dónde está Lola?-

-La he visto con un chico.- le dije moviéndome al ritmo de la música.

-Am. Pues creo que iré a beber algo.-

Maldita sea.

Vi cómo se iba hacia la barra.

Preciosa y grácil caminaba por la pista

La ropa que llevaba le quedaba muy bien.

Y los cuatros rizos que se había hecho le daba un aire de madurez.

Fui hacia la barra.

-Alex ¿Quieres algo? Yo invito.- le dije

-No gracias, tengo dinero.-

-Venga mujer. Aunque tengas dinero soy todo un caballero y te quiero invitar. Almoguera está con una rubia y Lola con un chico y yo estoy solo y tu estas sola. ¿Por qué no invitarte a algo? Además te lo debo.

-No me debes nada. Creo que necesito ir al baño, si me disculpas...-

-Claro que...

Adiós.

Me quedé solo. Solo en aquella barra.

-Hola Dani.-

¿Quién...? Me di la vuelta y la vi.

-Hola Sara.- dije algo cohibido.

-¿Qué haces aquí, solo?-recalco la última palabra

-Esperando a una amiga.- también yo recalque la última palabra.

-Claro, a una "amiga".-

Justo en ese momento Alex apareció entre nosotros

-Hola Alex.- la cogí del brazo y la aproxime a mí. -Esta es una amiga. Se llama Sara.

-Hola Sara.- dijo Alex un poco extrañada.

-¿Así que eres la nueva "amiga" de Dani?.-

-¿Porque has pronunciado de esa forma amiga?-

Porque va a ser... Espera, estas con Dani y no...

-Por nada.- le guiñé un ojo a Alex para que me siguiera la corriente
-Oye Dani ¿vamos a bailar?- pregunto Alex agarrándome del brazo

-Claro.- le dije sujetándome con fuerza a ella.- Hasta luego, Sara.

-¡Adiós!- grito mientras nos íbamos a la pista de baile

Cuando ya estábamos lo suficientemente lejos de ella Alex me soltó del brazo y me preguntó:

-¿Lo he hecho bien?

Esta chica era la bomba.

-Perfectamente. Muchas gracias.

-De nada, ¿una ex-?

-Sí. Algo parecido.

-Entiendo-Alex rió, era la primera vez que la veía reír- ¿Sigues queriéndome invitar a algo?

Miré hacia atrás. Sara seguía en la barra.

-Vale, pero ven conmigo.

Salimos de la disco y nos pusimos a caminar por la calle.

-¿Hacia dónde vamos?

-Hacia un sitio más tranquilo.

Nos encaminamos hacia una calle llena de tiendas. La gran mayoría cerradas.

-Aquí es.- Nos paramos delante de una pequeña cafetería, todavía abierta.

Entramos.

-¡Hola! Buenas noches.- nos saludó un tipo bonachón

-Hola-saludo con una gran sonrisa Alex

-Bien, ¿Qué queréis tomar, Dani? ¿Dejamos que pida la señorita?

-Claro. Gran idea.

-¿Le conoces?

-Por supuesto que me conoce. Ser su tío durante tantos años tiene algo que ver.- le dijo mi tío a Alex.

Alex se hecho a reír

-Encantada de conocerle señor.

-Encantado señorita.- mi tío hizo una reverencia. Era muy divertido.- Señorita, le voy a servir un coca-cola ¿Lo quiere acompañado de algo? Usted tenga confianza conmigo. Mejor que me compre a mí que a la disco esa extraña que a saber que le echan en la bebida.

-Claro. Sin hielo, por favor.-

-Por supuesto, para que la señorita no se enfríe.- mi tío se metió dentro de la cocina.

-¡Eh! ¿Y yo qué?...

La cafetería estaba sola. Normal, eran las 11 y media de la noche. Mi tío solía cerrar a las 12, porque yo tenía como costumbre visitarlo por las noches.

-¿Nos sentamos?

-Claro

Fuimos la final de la cafetería. Encontramos una mesa escondida al lado de una ventana.

-Madame.- le dije mientras retiraba su silla

-Merci, monsieur.-

Me senté al otro lado de la mesa.

-Bueno ¿Qué es de tu vida?

-¿Mi vida? Nunca nadie me había preguntado sobre mi vida- Alex sonrió -Bien, nací un quince de mayo de hace ahora catorce años y medio. Vivo con mis padres y mi hermana pequeña Raquel de cinco años... No sé, esto no se me da bien-volvía a sonreír
Me quedé embelesado con su sonrisa.

-Bueno, ya te he contado algo. Cuenta algo de ti

-Tengo un hermano de 13 años, pero parece que tiene 20. Dos padres, mi tío Ben y un perro, se llama Bobi. Es un labrador, aunque todavía no es mío, me lo tienen que dar. Nací el 29 de septiembre y tengo 16 años.

-Tu hermano esta en nuestro instituto, ¿no? Creo que se quién es-

Impresionante, ¿conocía a mi hermano y no a mí?

-Sí. Oye ¿Lo conocías a él y a mí no?

-Si- suspiró

-Muy bonito.- le dije haciéndome el herido.- Me has herido. No me esperaba esto de ti.

Alex se echó a reír, me encantaba su risa.

-¿Tu hermano esta apuntado a natación?-

En realidad empezaba a fastidiarme hablar solo de mi hermano.

-No lo sé. Yo vivo con mi madre y él vive con mi padre, no sé qué estará haciendo ahora.- le mentí fingiendo que estaba triste.

-Siento si te he molestado, veras, yo doy clases de natación desde hace años, y hace un par de meses se apuntó tu hermano.-

Me empecé a reír.

-No me has molestado. Mis padres pronto se van de segunda luna de miel, así que no pienso que se vallan a divorciar

-¡Te mato!

Me reí con más ganas.

-No te enfades mujer, solo era una broma.

Mi tío entró en la sala con una bandeja de nachos con queso y dos coca-colas.

-Gracias tío.- le dije.

-Señorita, si me requiere, solo tiene que silbar.- silbó.

Se marchó de nuevo a la cocina.

-Mi tío es una gran persona ¿En?

-Un encanto.

Estuvimos charlando de diversos temas. Algunos que no nos importaban mucho y otros que nos importaban más. Hablamos sobre que nos parecía la película de Percy Jackson. Un poco de mitología, nuestras películas favoritas, deportes, natación...

-¿Cómo es que has repetido curso?-me preguntó

-Hubo una época en la que se me quitaron las ganas de estudiar, y esa época me cogió en los exámenes finales...

-¡Que tonto!
-Lo sé.

Nos tomamos las coca-colas y los nachos.

-Estaban muy ricos-

Sí, sí que lo estaban.

Nos levantamos y nos dirigimos a la salida.

-Ya te pagaré tío.

-¿Qué dices? Con la sonrisa de la señorita tengo suficiente.

-Muchas gracias, señor- dijo Alex mostrando su mejor sonrisa

Caminamos un minuto. Fuimos de vuelta a la discoteca.

-¿Qué te ha parecido mi tio?- le pregunté.

-Es genial, ya quedan pocas personas como él

-Dice, que yo me parezco a él. Lo dudo, la verdad.

Me miró a los ojos con su gran sonrisa. Sentí como si mi cara se encendiera. Lo pensé. Estábamos solo, no había nadie más por la calle, y si ¿lo intentaba?

-Creo que en el fondo sí que te pareces a tu tío- dijo finalmente

-¿A qué si? - No pude más que reírme. Me había cortado el momento o quizás no...

-Alex…

-¿Si?

Me acerqué poco a poco, quería ver su reacción ante mí.

-Oye...

Alex dio un par de pasos hacia atrás

-¿Qué quieres?

-Preguntarte si... ¿Cuándo tenemos el control de biología?

jueves, 4 de marzo de 2010

Perdón

Pedimos perdón por que no hemos podido colgar el siguiente capitulo, perdon a vosotras pocas que nos seguir, pero igual de importantes =) Gracias por seguir el blog de Iris. ¿Maravillosa historia no creeis? y GRACIAS por seguirnos, significa mucho hehe ^^ Bueno gracias y perdon, pero tenemos demasiadas cosas que hacer ultimamente. Los estudios no nos dejan vivir xD.

Por cierto, pronto iniciare una historia para publicarla. Espero que me sigais tambien y que os guste la historia =) Gracias a Iris por que me a animado a hacerlo.

Tambien dentro de poco, colgaremos una pequeña historia de una amiga a ver que os parece.

Nikki

lunes, 15 de febrero de 2010

Un poco de Publicidad


Valee, esta entrada va dedicada a hacerle un poco de publicidad a el Blog de Iris. Sí, Iris tiene un blog. Va exactamente de lo mismo que el nuestro en conjunto. Una historia. Una historia de fantasia donde el protagonista es la imaginación. Es cierto, le estoy dando publicidad por que es el blog de una de la pareja que hace posible el blog de Encuentro al Anochecer, pero tambien hay que darle promoción =)
Asi que, meteros por favor, es una gran historia, además la musica acompaña muy bien.

http://trilogiadelaluz.blogspot.com/

!No os miento¡ Esta muy bien =)



Nikki

domingo, 14 de febrero de 2010

De un personaje de Encuentro al anochecer


Hace dos años, creía que sería el fin de todo. Que ese sentimiento no volvería a llenarme, me equivoqué. Hoy 14 de febrero, no he vuelto a sentirme sola. Él a estado conmigo, él siempre estuvo conmigo. Nunca creí en los finales felices, nunca creí en cuento de hadas, pero él me a demostrado que cada persona tiene su final, cada persona se MERECE su final. No pensé ese día, en el que él se marchó, que volvería a sentirme tan viva, tan bien, tan feliz. He pasado por malos momentos, pero aún así e tenido a Lola, que le doy las gracias por todo, a Almoguera, que pasaba mil veces por el cuarto de su hermano y se asomaba a ver que tal estaba y a su amigo…
Todo cambia, la vida es una montaña rusa, a veces estas arriba con el viento en la cara y otras abajo, sintiendo la tierra húmeda y fría. Esta vez estoy arriba, bien arriba junto a él.
Hoy 14 de febrero, no he vuelto a sentirme sola.

Alex.

sábado, 6 de febrero de 2010

Diplomas y Música

La profesora nos asignó los asientos de la clase. El nuestro, estaba en mitad del aula. Siempre había estado al final, pero la verdad es que esta vez no me importaba mucho.

La miré. ¿Por qué me resultaba tan fascinante?

-Hola.- la salude.- Antes no he tenido la oportunidad de hablar contigo por culpa de tu guardaespaldas.

Ella me miró y sonrió.

-Lola es mi mejor amiga, me quiere demasiado.- me contestó.

¿La mejor amiga de Lola? Entonces, perfecto. Me acordé de Almoguera. Lola se parecía a él en ese aspecto. Demasiado protector.

-Bueno, pero de todas formas, tengo derecho a hablar contigo.

-Supongo. Pero, Lola no te esquiva sin razón.

Esta chica era muy lista.

-Soy Daniel, Dani para los amigos.

-Alejandra, Alex para los amigos.- me repitió.

Alex. Un mote peculiar.

-¿Tu eres la amiga que se queda hoy en casa de Lola a dormir?- necesitaba entablar conversación, por muy ridículo que fuera.

-Sí, soy yo.-

Contestó sin demasiadas explicaciones y se puso a copiar en un pequeño cuaderno todo lo que la profesora decía.

-¿Por qué copias esto?-

-Porque quiero aprobar este curso- dijo sin apartar su mirada del papel

-Pero si no está diciendo nada importante.- de verdad, no entendía a esta chica

-Está hablando de cómo será la evaluación de lengua, creo que es importante, y por favor, calla, no escucho lo que me dice.-

Que chica tan rara.

-Si quieres, yo te digo luego lo que dice.

-No gracias, prefiero copiarlo yo...- me miró extrañada

¿Qué le pasa?

-Que si mujer. Me lo sé de memoria.

-De verdad, prefiero copiarlo yo, además no sé cuándo me lo ibas a explicar.-

Oportunidad.

-Cuando quieras, guapa.- lo dije echándome el pelo hacia atrás.

Alex me miro de arriba abajo, analizándome, luego volvió a centrarse en lo que decía a la profesora

-Me pareces que eres un poco creído-contestó

¿Creído yo?

-¿Perdona?

-Ah, ¿También sordo?- me dijo.

Qué carácter... ¡Qué mujer!

Estuve callado mientras que la profesora explicaba. Tenía unas manos… Creo que no sabría describirlas. Deslizaba el lápiz suave y grácilmente por el papel. Parecía una bailarina.

Le miré la cara. Ni muy fina, ni muy grande. Perfecta.

-¿Qué miras?

Salí de mis pensamientos.

-¿Yo? Nada. Eres muy guapa. Como bien he dicho.

Me miró por última, y no despegó la nariz del papel las dos horas de clase siguientes.
La hora antes del recreo tenía física.

Me gustaba la física, pero era imposible aprobar con esa profesora, nadie lo hacía.

En la clase, todas las chicas corrían de un lado a otro cuando me vieron entrar. Es que yo siempre había sido extremadamente guapo.

-Silencio. Estáis en tercero de la ESO, no en primero de primaria. ¡Comportaos!- grito nuestra profesora cuya baja estatura y elevado peso la asemejaba con un gran garbanzo

Nos sentamos donde pudimos. Bueno yo no. Ellas se pelearon por sentarse al lado mía. Ganó una chica morena, con el pelo bastante largo. Las perdedoras buscaron otro lugar donde sentarse.

-Hola.- me saludó. -¿Qué tal?

-Buena fuerza.- le dije a la ganadora.

-Sí, para conseguir el mejor sitio hay que luchar.

-Claro...- la miré.

Ella pareció sorprendida

- ¡Oh Dios! ¡No! No quería este sitio por estar contigo. Este es el mejor sitio de la clase, y si tú te pones aquí, todas las demás vienen como perras en celo. Pero yo solo quería el sitio por las vistas. Tú... eres una de las pocas cosas que no me interesa.-

Primero Alex y luego esta. ¿Qué les pasaba a las chicas?

-¿Y tú, extraño gnomo, quién eres?- le dije para burlarme de ella.

-¿Gnomo? Perdona pero tú tampoco es que seas muy alto que digamos.-me lanzó una rabiosa mirada.

-Más que tú mido.

-¡Ag! Pero yo soy más lista que tú-

-Eso está por ver, pequeño saltamontes- le contesté.

-Está bien. Ya veremos. Por cierto me llamo Sonia.-

-Yo, Daniel. Aun que supongo que lo sabras.- le sonreí.

-Para ser sincera, no tenía ni idea-

¿Qué ocurre aquí?

-¿Tan extraño te parece?-preguntó como si leyera mis pensamientos.

-Un poco, la verdad.- La analicé. Pensé. ¿Yo quería conocerla a ella?

-Tú no me conocías a mí, no veo donde esta lo extraño-

-Puede que sí, que tengas razón.-

Doña garbanzo se situó en su mesa y preguntó seria:

-¿Que es la física?-

¿Éramos físicos o algo así? Si lo era se me había olvidado el diploma en casa.

-La física es la ciencia natural que estudia las propiedades del espacio, energía, materia y tiempo, así como las interacciones entre todas ellas.-contestó con rapidez mi nueva compañera

Esta no se había dejado el diploma.

-Perfecto.- le dijo la profesora.

La clase no parecía sorprendida.

-Sacar el libro por la página...-dejé de escuchar.

Miré a mi compañera.

-¿Qué te pasa? ¿Tengo algo en la cara? - me preguntó.

-Sí, un barrillo como la Giralda de Sevilla.

Ella me miró furiosa.

-Pues tú, una cicatriz como Los reales Alcázares.

-¿Perdona?- ¿Qué cicatriz tío? ¿Mi cara con una cicatriz? ¡Mi preciosa cara!

Me miró detenidamente.

-Perdón. Era tu cara.

Estúpida.

-Mira niña, vamos a llevarnos bien o te...

-¿Qué me vas a hacer tú?- me contestó.

Tenía agallas la chica.

-Cállate y déjame escuchar pesado.- me dijo.

Esta chica imponía.




Más tarde fui a recoger a Almoguera a su casa. Teníamos entrenamiento.

Me había puesto lo más viejo que había encontrado por casa, no solía preocuparme cuando entrenaba. Las chicas se volvían locas por mi igual.

Llamé al timbre.

Me abrió el mismo Almoguera.

-Hola, Dan. Espera un momento, cojo la bolsa y nos vamos.- me dijo mi amigo subiendo las escaleras.

Escuché una melodiosa música proveniente de arriba de las escaleras.

¿Qué clase de música era?

Subí las escaleras teniendo cuidado.

Almoguera se había metido en su cuarto, pasé con cuidado delante de este sin que se diera cuenta, mientras metía ropa limpia en la bolsa.

La música provenía del cuarto de Lola.

No llamé a la puerta de esta. La abrí.

-¡Daniel!- me gritó Lola- Llama antes de entrar, idiota.

Lola estaba sentada en la cama.

Miré al otro lado de la habitación y estaba ella. Sentada en la silla del escritorio tecleando algo en el ordenador. ¿Estaría hablando con el novio? De repente sentí como una especie de sacudida.

-¿Qué clase de música es esa?- pregunté.

-Ninguna que te importe, allanador de dormitorios ajenos.- me dijo la chica divertida.

-Bueno, que disfrutéis.- dije y cerré la puerta de la habitación.

Fui a buscar a Almoguera a su habitación.

Lo encontré de cuclillas sobre su bolsa.

-¿Qué música escuchan estas dos? - le pregunté.

Almoguera me miró un segundo y volvió a la bolsa.

- La verdad es que no lo sé. Música cursi de chica.- Me volvió a mirar.

-¿Qué te pasa? ¿Por qué me miras? - le pregunté a mi amigo.

-¿A mí? Nada. ¿Qué te pasa a ti? Estas encendido como un tomate.

¿Que decía este?

Corrí al baño.

Era cierto lo que decía mi amigo. Estaba como un tomate.

Pensé por un momento la causa. Me miré una vez más al espejo. ¡Qué ropa! A saber lo que Alex había pensado de mí. Pero ¿Por qué me importaba tanto? Y sobre todo ¿Me importaba si tenía novio? A mi me daba igual, yo no era celoso.

Salí del baño algo confuso. ¿Qué me pasaba con esa chica?

Volví al cuarto de Almoguera.

-Quillo, aligera. Que se nos hace tarde.- le apremié.

-No encuentro mi maldita camiseta.- me respondió.

Uf. Que cansino llegaba a ser.

Bajé las escaleras para esperarlo abajo.

Tenía sed, me vendría bien un vaso de agua.

Entré en la cocina y ahí estaba Alex. ¿Lola la había dejado sola por la casa conmigo por aquí?

-¿Y el guardaespaldas?- le pregunté a Alex.

-Cree que es seguro soltarme sola por aquí.- me dijo comprendiendo la situación.

Fui a donde estaban los vasos y me serví un vaso con agua.

-Oye, ¿tú no tendrás novio, no? - le pregunté por fin.

Ella me miró con algo de amargura en su rostro.

-No. He aprendido que los hombres podéis llegar a ser unos...

-¡Frena! No todos los hombres somos así.

-Todos y cada uno de vosotros. Perdona, pero tengo que irme. No, no tengo novio, y no quiero. Gracias.- me dijo saliendo de la cocina a toda prisa.

Vale, pensemos.

1º No tiene novio.
2º Es guapa
3º Yo conseguiría que volviera a querer novio.

Esto ya lo había tomado como un reto personal.

miércoles, 27 de enero de 2010

La amiga de Lola

Estaba acostumbrado a no desayunar en mi casa, sinceramente las tostadas que preparaba Almoguera eran únicas.
Los dos estábamos sentados en unas sillas de madera alrededor de una mesa donde abundaban todo tipo de mantequillas, mermeladas, zumos y cafés.
Típico desayuno americano.
Almoguera, que era mi mejor amigo desde que tenía uso de razón llevaba un delantal marrón el cual no contrastaba demasiado con su piel morena y su pelo castaño oscuro. Estaba terminando de prepararle el cola-cao a su hermana pequeña que no tardaría demasiado en levantarse. Su hermana solo tenía dos años menos que el, es decir, uno menos que yo, pero Almoguera la sobreprotegía
Siempre lo hacía cuando empezábamos hablar de chicas, tenía una habilidad sobrehumana

-Entonces, ¿qué pasó con Ana?- dijo mi amigo mientras se sentaba en la silla que estaba mi derecha y cogía una tostada

-Sencillamente, que me empezó a poner ojitos tiernos y me corto el royo. ¿Por qué se empeñan en querer algo serio? Yo solo quiero un rollo. Como en las pelis, una noche y para tu casa.-dije cansado.

-Deberías plantearte la opción de tener una relación estable.
-¿Para qué? ¿Para gastarme el capital de la gasolina en la moto porque tengo que ir a verla? A las novias, hay que darle mimitos y arrumacos. A los rollos, solo es gastarte el dinero de un mensaje, de cuatro toques, un helado y si te he visto, no me acuerdo.- expresé mi opinión.

Almoguera río

-Como quieras, no creo que sea el más indicado para decirte nada.-
Almoguera abrió la boca para replicarme pero en ese momento una aguda voz interrumpió nuestra conversación, como era habitual


-¿Interrumpo algo?-dijo una chica de pelo castaño y no demasiado alta

-Una conversación de adultos. Vete a la guarde que llegas tarde.- le dije mostrando mi amplia sonrisa.

-Pues lo siento, pero esta es mi casa. Y por cierto, sino recuerdo mal, este año estarás en la misma clase que yo, ¿verdad?-

-Lo sé, pero no quería estudiar para estar contigo Lola.- le lancé un beso.

-Dani, no te pases. Lola déjalo tú también, ¡parecéis niños pequeños!.-

-Bueno, pues a la guardería los dos.- me reí.

Lola me sacó la lengua imitando a un niño pequeño, gesto que yo imite

-¡Me retiró!, me va a dar un ataque de estrés como os aguante un solo segundo más! Lola
ahí tienes tu desayuno, voy al baño.-

¡Cobarde! No me dejes con tu amigo... ¡Oye!- Almoguera ya había subido las escaleras

-¿Qué pasa?- dijo Almoguera deteniéndose en seco

-Esta noche viene a dormir una amiga, te aviso para que no hagas nada ilegal.-

-Yo, ¿ilegal? Pero, ¿mañana no hay instituto?-

-Sí, pero tranquilo, no nos quedaremos hasta muy tarde.-

-Entonces vale, pregúntale a mamá de todas formas, papá no viene hasta el jueves de ese viaje de trabajo.-

Escuché los pasos de mi amigo mientras veía como Lola devoraba un trozo de pan, se parecía mucho a su hermano cuando comía.

-Bueno, ¿estás preparado para dar las mismas cosas que el curso pasado?- me preguntó la hermana de Almoguera. La chica me caía bien, pero tenía una gran habilidad para hacer daño. A conciencia.

-Sí. Haré lo mismo que el año pasado...- Lola iba a responder pero hablé yo antes... Pensar en ti. Tú eres el motivo de que yo suspenda.

-No funciona machote.-

-¡Encima!. Eres la única chica que me quita el sueño Lola. Deberías sentirte orgullosa.- Le dije con mirada de cordero degollado.

-Sigue sin funcionar. Te conozco demasiado como para caer en tus redes, además yo ya tengo novio.-

-¿Es bizco?- interpreté a una persona sorprendida

-No, está perfectamente, gracias por preocuparte- dijo mientras me miraba con rabia

Almoguera bajó a toda carrera por las escaleras.

-¿A que parece que es bizco, Daniel? - dijo casi sin aliento por la carrera.
-¿De verdad es bizco?

-¡Que no es bizco!- Lola se levantó sin terminar el desayuno y se marchó pegando un fuerte portazo a lo que seguramente sería su puerta

-Mujeres.- dijimos al unísono.

El desayuno de Almoguera me había dado bastantes fuerzas como para varios días. Estaba preparado para enfrentarme a un nuevo curso. Bueno, en realidad, como este curso no podía repetir, haría lo mismo del año pasado: rascarme el ombligo.
Al entrar en el instituto, se respiraba nerviosismo por parte de las caras nuevas.
En una de las puertas de las muchas clases que había, encontré a Lola, la hermana de Almoguera, hablando con una chica. Esa chica me sonaba, la había visto varias ocasiones con Lola por el instituto en años anteriores. Qué raro ¿Nunca me había fijado en ella? Conocía a todas las chicas del instituto ¿Por que a ella no? Me arrugué un poco la camisa, me bajé un poco los pantalones y me alboroté el pelo. Ella sería la próxima.
-Hola, chicas.- las saludé.
Hola.- dijo Lola, mirándome de arriba abajo algo extrañada.
La otra chica se limitó a inclinar la cabeza en son de saludo.
-¿Qué tal estáis preciosas?- les pregunté a las dos pero dirigiéndome a la chica.
Entonces Lola, que era de todo menos tonta, se dio cuenta del truco.
-Daniel ¡Ni se te ocurra! - cogió a su amiga y la metió en la clase.
¿Enserio creía que la podría proteger de mí? Ilusa.
Entre con decisión.
-Buenos días, Daniel.- me saludo Lucia con voz picarona.
Lucia, era una chica de la clase de Lola, que hace dos meses me lié con ella. Había sido de las pocas que se 'habían dejado llevar' por el momento.
-¿Que hay?
Busqué a Lola por toda la clase y la encontré con mi futuro objetivo. Lola hablaba con ella y me miraba por el rabillo del ojo.

Me fijé en la chica. Que extraño, a pesar de no tener nada destacable, era inmensamente guapa. Tenía los ojos oscuros, pero con un brillo especial. Eran muy hermosos. Su pelo, ni corto ni largo, era castaño. ¿Por qué era tan guapa? No tenía nada de especial.
Me acerqué a ellas.

-Por favor Daniel, ella no.- me suplicó Lola.

-¿Qué dices? No voy hacer nada.- me defendí.

-Lola, ¿qué está pasando?- preguntó la chica.

-Nada. Absolutamente nada. ¿Verdad Daniel? - me preguntó.

-No, nada. Se respira desconfianza en el aire....- dije inspirando fuerte

Lola me miró entrecerrando los ojos

-Claro que desconfió, y ahora ¿te importaría dejarnos solas?

-Lola, eres a la única a la que conozco ¿Quieres que me quede solo? - miré a todos lados de la clase. Por supuesto que no era la única a la que conocía. Conocía a la gran mayoría de las chicas de la clase de Lola.

-¡Ag!-gritó enfurecida- ¡Déjanos! Vete a liarte con alguien y déjanos en paz-.
Pensé un segundo en hacerle caso a Lola, luego pensé en la chica.

Sonó la campana.

Una profesora de pelo corto rojizo entró en el aula

-Silencio. Chicos callaos, con la campana ha empezado el nuevo curso.-

La clase se mantuvo en silencio, solo se oyeron un par de susurros.

-Ahora y para aprender mejor todos vuestros nombres quiero que os pongáis por orden de lista.-

Toda la clase estábamos de pie tal y donde habíamos estado charlando hace apenas unos minutos. Pensé un momento lo que dijo la profesora. Lucia García seria antes que yo por tanto y por regla de tres, Lucia García y Daniel González. Se sentarían juntos. Me sentaría con Lucia.

¿Y la amiga de Lola?

-Almoguera, Dolores, te sentaras con...Álvarez Rocío-

La profesora comenzó a nombrar a la gente
Apellido tras apellido esperaba pacientemente en el fondo de la clase a que mi nombre fuera mencionado, no podía dejar de pensar con quien se sentaría aquella chica.

-García, Lucía te sentaras con...-ahí estaba yo.- Gomila, Pablo
¿Qué?

-González Daniel… Vaya, vaya ¿Otra vez aquí Daniel? ¿No estarías mejor con tus compañeros en 4º?- me preguntó la profe a maldad.

Encogí los brazos. La verdad es que me daba igual.

-Pues usted va con…- miró la lista que llevaba entre las manos.- Con Guerrero Alejandra.

¿Quién era Alejandra Guerrero?

La chica que había estado con Lola me miró y me saludo.

¿Ella era Alejandra?