La miré. ¿Por qué me resultaba tan fascinante?
-Hola.- la salude.- Antes no he tenido la oportunidad de hablar contigo por culpa de tu guardaespaldas.
Ella me miró y sonrió.
-Lola es mi mejor amiga, me quiere demasiado.- me contestó.
¿La mejor amiga de Lola? Entonces, perfecto. Me acordé de Almoguera. Lola se parecía a él en ese aspecto. Demasiado protector.
-Bueno, pero de todas formas, tengo derecho a hablar contigo.
-Supongo. Pero, Lola no te esquiva sin razón.
Esta chica era muy lista.
-Soy Daniel, Dani para los amigos.
-Alejandra, Alex para los amigos.- me repitió.
Alex. Un mote peculiar.
-¿Tu eres la amiga que se queda hoy en casa de Lola a dormir?- necesitaba entablar conversación, por muy ridículo que fuera.
-Sí, soy yo.-
Contestó sin demasiadas explicaciones y se puso a copiar en un pequeño cuaderno todo lo que la profesora decía.
-¿Por qué copias esto?-
-Porque quiero aprobar este curso- dijo sin apartar su mirada del papel
-Pero si no está diciendo nada importante.- de verdad, no entendía a esta chica
-Está hablando de cómo será la evaluación de lengua, creo que es importante, y por favor, calla, no escucho lo que me dice.-
Que chica tan rara.
-Si quieres, yo te digo luego lo que dice.
-No gracias, prefiero copiarlo yo...- me miró extrañada
¿Qué le pasa?
-Que si mujer. Me lo sé de memoria.
-De verdad, prefiero copiarlo yo, además no sé cuándo me lo ibas a explicar.-
Oportunidad.
-Cuando quieras, guapa.- lo dije echándome el pelo hacia atrás.
Alex me miro de arriba abajo, analizándome, luego volvió a centrarse en lo que decía a la profesora
-Me pareces que eres un poco creído-contestó
¿Creído yo?
-¿Perdona?
-Ah, ¿También sordo?- me dijo.
Qué carácter... ¡Qué mujer!
Estuve callado mientras que la profesora explicaba. Tenía unas manos… Creo que no sabría describirlas. Deslizaba el lápiz suave y grácilmente por el papel. Parecía una bailarina.
Le miré la cara. Ni muy fina, ni muy grande. Perfecta.
-¿Qué miras?
Salí de mis pensamientos.
-¿Yo? Nada. Eres muy guapa. Como bien he dicho.
Me miró por última, y no despegó la nariz del papel las dos horas de clase siguientes.
La hora antes del recreo tenía física.
Me gustaba la física, pero era imposible aprobar con esa profesora, nadie lo hacía.
En la clase, todas las chicas corrían de un lado a otro cuando me vieron entrar. Es que yo siempre había sido extremadamente guapo.
-Silencio. Estáis en tercero de la ESO, no en primero de primaria. ¡Comportaos!- grito nuestra profesora cuya baja estatura y elevado peso la asemejaba con un gran garbanzo
Nos sentamos donde pudimos. Bueno yo no. Ellas se pelearon por sentarse al lado mía. Ganó una chica morena, con el pelo bastante largo. Las perdedoras buscaron otro lugar donde sentarse.
-Hola.- me saludó. -¿Qué tal?
-Buena fuerza.- le dije a la ganadora.
-Sí, para conseguir el mejor sitio hay que luchar.
-Claro...- la miré.
Ella pareció sorprendida
- ¡Oh Dios! ¡No! No quería este sitio por estar contigo. Este es el mejor sitio de la clase, y si tú te pones aquí, todas las demás vienen como perras en celo. Pero yo solo quería el sitio por las vistas. Tú... eres una de las pocas cosas que no me interesa.-
Primero Alex y luego esta. ¿Qué les pasaba a las chicas?
-¿Y tú, extraño gnomo, quién eres?- le dije para burlarme de ella.
-¿Gnomo? Perdona pero tú tampoco es que seas muy alto que digamos.-me lanzó una rabiosa mirada.
-Más que tú mido.
-¡Ag! Pero yo soy más lista que tú-
-Eso está por ver, pequeño saltamontes- le contesté.
-Está bien. Ya veremos. Por cierto me llamo Sonia.-
-Yo, Daniel. Aun que supongo que lo sabras.- le sonreí.
-Para ser sincera, no tenía ni idea-
¿Qué ocurre aquí?
-¿Tan extraño te parece?-preguntó como si leyera mis pensamientos.
-Un poco, la verdad.- La analicé. Pensé. ¿Yo quería conocerla a ella?
-Tú no me conocías a mí, no veo donde esta lo extraño-
Nos sentamos donde pudimos. Bueno yo no. Ellas se pelearon por sentarse al lado mía. Ganó una chica morena, con el pelo bastante largo. Las perdedoras buscaron otro lugar donde sentarse.
-Hola.- me saludó. -¿Qué tal?
-Buena fuerza.- le dije a la ganadora.
-Sí, para conseguir el mejor sitio hay que luchar.
-Claro...- la miré.
Ella pareció sorprendida
- ¡Oh Dios! ¡No! No quería este sitio por estar contigo. Este es el mejor sitio de la clase, y si tú te pones aquí, todas las demás vienen como perras en celo. Pero yo solo quería el sitio por las vistas. Tú... eres una de las pocas cosas que no me interesa.-
Primero Alex y luego esta. ¿Qué les pasaba a las chicas?
-¿Y tú, extraño gnomo, quién eres?- le dije para burlarme de ella.
-¿Gnomo? Perdona pero tú tampoco es que seas muy alto que digamos.-me lanzó una rabiosa mirada.
-Más que tú mido.
-¡Ag! Pero yo soy más lista que tú-
-Eso está por ver, pequeño saltamontes- le contesté.
-Está bien. Ya veremos. Por cierto me llamo Sonia.-
-Yo, Daniel. Aun que supongo que lo sabras.- le sonreí.
-Para ser sincera, no tenía ni idea-
¿Qué ocurre aquí?
-¿Tan extraño te parece?-preguntó como si leyera mis pensamientos.
-Un poco, la verdad.- La analicé. Pensé. ¿Yo quería conocerla a ella?
-Tú no me conocías a mí, no veo donde esta lo extraño-
-Puede que sí, que tengas razón.-
Doña garbanzo se situó en su mesa y preguntó seria:
-¿Que es la física?-
¿Éramos físicos o algo así? Si lo era se me había olvidado el diploma en casa.
-La física es la ciencia natural que estudia las propiedades del espacio, energía, materia y tiempo, así como las interacciones entre todas ellas.-contestó con rapidez mi nueva compañera
Esta no se había dejado el diploma.
Doña garbanzo se situó en su mesa y preguntó seria:
-¿Que es la física?-
¿Éramos físicos o algo así? Si lo era se me había olvidado el diploma en casa.
-La física es la ciencia natural que estudia las propiedades del espacio, energía, materia y tiempo, así como las interacciones entre todas ellas.-contestó con rapidez mi nueva compañera
Esta no se había dejado el diploma.
-Perfecto.- le dijo la profesora.
La clase no parecía sorprendida.
-Sacar el libro por la página...-dejé de escuchar.
Miré a mi compañera.
-¿Qué te pasa? ¿Tengo algo en la cara? - me preguntó.
-Sí, un barrillo como la Giralda de Sevilla.
Ella me miró furiosa.
-Pues tú, una cicatriz como Los reales Alcázares.
-¿Perdona?- ¿Qué cicatriz tío? ¿Mi cara con una cicatriz? ¡Mi preciosa cara!
Me miró detenidamente.
-Perdón. Era tu cara.
Estúpida.
-Mira niña, vamos a llevarnos bien o te...
-¿Qué me vas a hacer tú?- me contestó.
Tenía agallas la chica.
-Cállate y déjame escuchar pesado.- me dijo.
Esta chica imponía.
Más tarde fui a recoger a Almoguera a su casa. Teníamos entrenamiento.
Me había puesto lo más viejo que había encontrado por casa, no solía preocuparme cuando entrenaba. Las chicas se volvían locas por mi igual.
Llamé al timbre.
Me abrió el mismo Almoguera.
-Hola, Dan. Espera un momento, cojo la bolsa y nos vamos.- me dijo mi amigo subiendo las escaleras.
Escuché una melodiosa música proveniente de arriba de las escaleras.
¿Qué clase de música era?
Subí las escaleras teniendo cuidado.
Almoguera se había metido en su cuarto, pasé con cuidado delante de este sin que se diera cuenta, mientras metía ropa limpia en la bolsa.
La música provenía del cuarto de Lola.
No llamé a la puerta de esta. La abrí.
-¡Daniel!- me gritó Lola- Llama antes de entrar, idiota.
Lola estaba sentada en la cama.
Miré al otro lado de la habitación y estaba ella. Sentada en la silla del escritorio tecleando algo en el ordenador. ¿Estaría hablando con el novio? De repente sentí como una especie de sacudida.
-¿Qué clase de música es esa?- pregunté.
-Ninguna que te importe, allanador de dormitorios ajenos.- me dijo la chica divertida.
-Bueno, que disfrutéis.- dije y cerré la puerta de la habitación.
Fui a buscar a Almoguera a su habitación.
Lo encontré de cuclillas sobre su bolsa.
-¿Qué música escuchan estas dos? - le pregunté.
Almoguera me miró un segundo y volvió a la bolsa.
- La verdad es que no lo sé. Música cursi de chica.- Me volvió a mirar.
La clase no parecía sorprendida.
-Sacar el libro por la página...-dejé de escuchar.
Miré a mi compañera.
-¿Qué te pasa? ¿Tengo algo en la cara? - me preguntó.
-Sí, un barrillo como la Giralda de Sevilla.
Ella me miró furiosa.
-Pues tú, una cicatriz como Los reales Alcázares.
-¿Perdona?- ¿Qué cicatriz tío? ¿Mi cara con una cicatriz? ¡Mi preciosa cara!
Me miró detenidamente.
-Perdón. Era tu cara.
Estúpida.
-Mira niña, vamos a llevarnos bien o te...
-¿Qué me vas a hacer tú?- me contestó.
Tenía agallas la chica.
-Cállate y déjame escuchar pesado.- me dijo.
Esta chica imponía.
Más tarde fui a recoger a Almoguera a su casa. Teníamos entrenamiento.
Me había puesto lo más viejo que había encontrado por casa, no solía preocuparme cuando entrenaba. Las chicas se volvían locas por mi igual.
Llamé al timbre.
Me abrió el mismo Almoguera.
-Hola, Dan. Espera un momento, cojo la bolsa y nos vamos.- me dijo mi amigo subiendo las escaleras.
Escuché una melodiosa música proveniente de arriba de las escaleras.
¿Qué clase de música era?
Subí las escaleras teniendo cuidado.
Almoguera se había metido en su cuarto, pasé con cuidado delante de este sin que se diera cuenta, mientras metía ropa limpia en la bolsa.
La música provenía del cuarto de Lola.
No llamé a la puerta de esta. La abrí.
-¡Daniel!- me gritó Lola- Llama antes de entrar, idiota.
Lola estaba sentada en la cama.
Miré al otro lado de la habitación y estaba ella. Sentada en la silla del escritorio tecleando algo en el ordenador. ¿Estaría hablando con el novio? De repente sentí como una especie de sacudida.
-¿Qué clase de música es esa?- pregunté.
-Ninguna que te importe, allanador de dormitorios ajenos.- me dijo la chica divertida.
-Bueno, que disfrutéis.- dije y cerré la puerta de la habitación.
Fui a buscar a Almoguera a su habitación.
Lo encontré de cuclillas sobre su bolsa.
-¿Qué música escuchan estas dos? - le pregunté.
Almoguera me miró un segundo y volvió a la bolsa.
- La verdad es que no lo sé. Música cursi de chica.- Me volvió a mirar.
-¿Qué te pasa? ¿Por qué me miras? - le pregunté a mi amigo.
-¿A mí? Nada. ¿Qué te pasa a ti? Estas encendido como un tomate.
¿Que decía este?
Corrí al baño.
Era cierto lo que decía mi amigo. Estaba como un tomate.
Pensé por un momento la causa. Me miré una vez más al espejo. ¡Qué ropa! A saber lo que Alex había pensado de mí. Pero ¿Por qué me importaba tanto? Y sobre todo ¿Me importaba si tenía novio? A mi me daba igual, yo no era celoso.
Salí del baño algo confuso. ¿Qué me pasaba con esa chica?
Volví al cuarto de Almoguera.
-Quillo, aligera. Que se nos hace tarde.- le apremié.
-No encuentro mi maldita camiseta.- me respondió.
Uf. Que cansino llegaba a ser.
Bajé las escaleras para esperarlo abajo.
Tenía sed, me vendría bien un vaso de agua.
Entré en la cocina y ahí estaba Alex. ¿Lola la había dejado sola por la casa conmigo por aquí?
-¿Y el guardaespaldas?- le pregunté a Alex.
-Cree que es seguro soltarme sola por aquí.- me dijo comprendiendo la situación.
Fui a donde estaban los vasos y me serví un vaso con agua.
-Oye, ¿tú no tendrás novio, no? - le pregunté por fin.
Ella me miró con algo de amargura en su rostro.
-No. He aprendido que los hombres podéis llegar a ser unos...
-¡Frena! No todos los hombres somos así.
-Todos y cada uno de vosotros. Perdona, pero tengo que irme. No, no tengo novio, y no quiero. Gracias.- me dijo saliendo de la cocina a toda prisa.
Vale, pensemos.
1º No tiene novio.
2º Es guapa
3º Yo conseguiría que volviera a querer novio.
Esto ya lo había tomado como un reto personal.
-¿A mí? Nada. ¿Qué te pasa a ti? Estas encendido como un tomate.
¿Que decía este?
Corrí al baño.
Era cierto lo que decía mi amigo. Estaba como un tomate.
Pensé por un momento la causa. Me miré una vez más al espejo. ¡Qué ropa! A saber lo que Alex había pensado de mí. Pero ¿Por qué me importaba tanto? Y sobre todo ¿Me importaba si tenía novio? A mi me daba igual, yo no era celoso.
Salí del baño algo confuso. ¿Qué me pasaba con esa chica?
Volví al cuarto de Almoguera.
-Quillo, aligera. Que se nos hace tarde.- le apremié.
-No encuentro mi maldita camiseta.- me respondió.
Uf. Que cansino llegaba a ser.
Bajé las escaleras para esperarlo abajo.
Tenía sed, me vendría bien un vaso de agua.
Entré en la cocina y ahí estaba Alex. ¿Lola la había dejado sola por la casa conmigo por aquí?
-¿Y el guardaespaldas?- le pregunté a Alex.
-Cree que es seguro soltarme sola por aquí.- me dijo comprendiendo la situación.
Fui a donde estaban los vasos y me serví un vaso con agua.
-Oye, ¿tú no tendrás novio, no? - le pregunté por fin.
Ella me miró con algo de amargura en su rostro.
-No. He aprendido que los hombres podéis llegar a ser unos...
-¡Frena! No todos los hombres somos así.
-Todos y cada uno de vosotros. Perdona, pero tengo que irme. No, no tengo novio, y no quiero. Gracias.- me dijo saliendo de la cocina a toda prisa.
Vale, pensemos.
1º No tiene novio.
2º Es guapa
3º Yo conseguiría que volviera a querer novio.
Esto ya lo había tomado como un reto personal.
Me ha gustado muuucho, muchooo^^
ResponderEliminarEn serio, siempre me dejais con ganas de mas. Necesito saber qe pasara entre estos dos en el proximo capituloo =)
Y la música... aiiinssshh (L)
Os qiieroo! (K)
hehehe! sii? ^^ Nos alegraa un monton Alice =) aver si prontoo ponemos el siguiente capi ^^
ResponderEliminarBsossS! y Nosotras! (L)
Cada vez me siento mas y mas... intrigada,emocionada (no se como decirlo) por leer vustra historia y estoy deseosa de que llege el proximo Capitulo! =)
ResponderEliminarQue rollitos abran entre estos dos!? =P
UnBesoEnorme!!
OsQuiiero!! (L)
Uhh! Sigue leyendo y lo sabras... 8-) Aunq creo q es facil adivinarlo xD
ResponderEliminarBesosss! (LL)